sábado, 1 de noviembre de 2014

Meigas





Hoy toca tratar el tema de las meigas. Para ello, primero hay que saber diferenciar qué es una meiga, y de dónde viene.

Diferencia entre bruja y hechicera: en la Edad Media se empezó a distinguir entre bruja y hechicera, siendo, en palabras de hoy en día, bruja la que utiliza la magia negra y hechicera la que utiliza la magia blanca. ¿Y qué es magia blanca y magia negra? La magia negra es aquella magia que busca dañar a otros, mientras que tras la magia blanca siempre hay un beneficio. La magia negra es, por ejemplo, hacer que un vecino enferme, y la blanca puede ser un conjuro para enamorar a una persona.
Ahora, en Galicia existe la diferencia entre bruxa y meiga. Bruxa es aquella mujer que intenta deshacer lo que hace la meiga, lleva el equilibrio. Meiga, por otro lado, es la mujer que envidia, que odia, que desea mal, y que hace el mal para cumplir con el pacto hecho con el diablo con el que ha ganado sus poderes. Si la bruxa trae el equilibrio, la meiga el desequilibrio.
En todos los pueblos de Galicia se recogen historias de meigas, todo el mundo conoce alguna que pasó “por ahí cerca”. El problema de esta tradición es que se transmite de forma oral, así que muchas de estas historias y de este pasado, en el mejor de los casos, acabarán acumulando polvo en algún anaquel de La Casa del Libro con un precio de 25€...

Al tema, que me disperso. Existen varios tipos de meigas. De ellas, de la que yo recuerdo haber escuchado es de la Meiga Chuchona, contra la que me prevenía mi madre, diciéndome que entraba en las habitaciones de los niños que no dormían para chuparles todos los líquidos del cuerpo y dejarlos “como pasas”.
Parecida a la Meiga Chuchona es la Meiga dos Dentes Verdes, que recorre los caminos a la noche buscando niños que aún no hubiesen vuelto a casa.
Por último, en este grupo anti-niños está la Marimanta, una suerte de hombre del saco.
Me llama la atención de que a mi de pequeña también me contaban sobre el Sacaúntos, que era una mezcla entre la Marimanta y la Meiga Chuchona: se trataba de una persona que secuestraba a los niños para sacarles, como bien dice su nombre, su grasa y, o bien comerla, o bien venderla.

Otros tipos de meigas que he encontrado son:
Feiticeira: se representa como una mujer anciana yagradable que se encuentra cerca de los ríos y los regatos y, como las nereidas de Ulises, encantan a quien se las encuentra para llevarlos a su perdición, en este caso, el morir ahogados.
Lavandeira: Se presenta en los lavaderos bajo la imagen de una matrona lavando unas sábanas manchadas de sangre “de un parto que salió mal”. Pide a la gente que la ve que la ayude a escurrir la ropa. Si quieres salir bien parado no te puedes negar, y tienes que preocuparte por escurrir la ropa en el mismo sentido que la meiga.
Luego hay también un grupo de adivinadoras: vedoira (que ve), cartuxeira (la que echa las cartas) y agoreira, que envejece prematuramente pero es muy lonjeva,
Por último está la Dama de castro, mujeres muy agradables que viven bajo los castros milenarios o bajo la tierra, en palacios de cristal. Nunca se presentan ante quien las busca para conseguir favores, sino ante las personas en una situación difícil de su vida, a las que concede sus ayuda.
Existen varias maneras de evitar caer bajo el influjo de las meigas como las de colgarse un péndulo de alguna piedra con poderes mágicos: amatista, ambar, ónice...
Aquí vuelvo a recordar que en mi casa, por ejemplo, mi madre siempre llevó en el bolso una “castaña de la suerte”, que también es un método efectivo de repeler a las meigas. Otro de ellos es un método con el que estoy personalmente en contra: colgarse del cuello los cuernos de una vacaloura. También sirven los dientes de alguna fiera, como los lobos o los zorros... Aunque el método más tradicional para estar protegidos contra el mal de ojo, es el de saltar tres veces una hoguera en San Juan.


Para terminar, os dejo un exconjuro utilizado en A Estrada (Pontevedra) para cuando te topes con una meiga: entra en un círculo dibujado en el suelo y recitas:



Desconxuro santus est,
demo branco non o hai
e demo negro non o es.  


Información recogida de la página Galicia Encantada.
Imágenes por cortesía de Morgue File.

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