martes, 30 de diciembre de 2014

Milagro

Diciembre ha sido un mes horrible. No pude entregar a tiempo mi relato de Literautas, no llegué a terminarlo. Aún así, con calma, pude revisarlo, y os lo dejo aquí igualmente. La temática de este mes era empezar con una frase, que ya condicionaba toda la historia...

Milagro
Por: Aradlith

— Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro… — Empezó a decir el el alcalde desde su plataforma.
— ¡No puede ser! ¡Qué horror!
— ¡Si es el tercero en lo que va de año!
— Ya dijeron los videntes que este año iba a haber más milagros que de costumbre.

La gente del pueblo está alterada, como siempre tras un milagro. No sabemos qué son, ni cómo se producen. Solo sabemos que cada año van a más. 

— Serénense. El protocolo de actuación nos obliga a rogarles que deben permanecer en sus casas hasta previo aviso...

El primer milagro se produjo teniendo yo siete años. Acotaron la zona, y enviaron a los mejores científicos del planeta. No se han vuelto a tener noticias de ellos, Nadie sabe qué ha ocurrido ahí. A partir de ese momento, solo recuerdo caos. Pasé mi infancia viajando de un lado a otro, siempre hacia el sur. Los políticos lo llamaron “reajuste poblacional”, nosotros lo llamamos éxodo.

— … no se han contabilizado desaparecidos. El equipo de investigación ya se encuentra en el lugar. Les recordamos que no deben abandonar sus casas, y mucho menos abandonar la isla.

Siempre dice lo mismo, el mismo discurso estúpido. Los mismos gestos, las mismas expresiones, las mismas palabras...

— … pánico. La situación está controlada…
— ¿Debemos preparar las maletas? — El alcalde, como siempre, ignora las preguntas. ¿Nos estará escuchando realmente?.
— ...problema, no tienen más que pulsar el botón amarillo que les hemos instalado. Mantengan la calma, y sean fuertes. Estamos trabajando en una solución. Muchas gracias por su atención. Esta vez no vamos a abandonar la isla. Ya no…
— ¡Si llevamos años sin mudarnos!
— ¿Cuándo nos iremos? Los expertos dicen que debemos alejarnos a más de 1000 km de la zona de milagro, y mi primo me dijo que sucedió a…
— No habrá más preguntas. Gracias. Fin del comunicado. — La imagen holográfica del alcalde desaparece ante el creciente malestar de la gente.

Vuelvo a mi choza, que comparto con otra familia. La gente se muestra resignada a este nuevo estilo de vida… ¿Será porque no han visto un milagro?

Yo tenía apenas siete años, y lo vi. Un haz de luz inundó el cielo, convirtiéndose en mil relámpagos dirigiéndose a la tierra a la vez, hacia la otra cara de la montaña. La gente estaba asustada, gritaba. Muchos se habían desmayado con el estruendo. Pero yo fui hacia donde habían caído los rayos, con la curiosidad y la valentía de los niños, los borrachos y los idiotas.
Al acercarme, paré en seco: no había nada.
Escapé de la zona tan rápido como pude, nadie se percató. A los pocos minutos, la policía acordonó el área, y después llegó el caos: traslados, mala vida, condiciones infrahumanas, gente muriendo de frío y de hambre…

Desde ese día, no sueño en otra cosa que no sea en la nada. Ni árboles, ni tierra, ni cielo. Ni siquiera negro, ni blanco. La nada no tiene color. Es simplemente… la nada.

Cada vez hay más, cada vez son más frecuentes, esos fenómenos llamados “milagros”. Se cuentan historias de tierras de abundancia, de tesoros y de maravillas allá donde se dan. La palabra, aunque haya tomado un cariz completamente negativo, sigue transmitiendo esperanza, lo único que les queda para seguir conservando la cordura.

Todas las noches pienso en ello, en contárselo a alguien, pero… ¿Cómo decir que en el horizonte se encuentra el fin del mundo?

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