Hoy voy a hablar de otro de los topicazos en malos dentro de la cultura popular: las brujas malvadas de escoba voladora y verruga en la nariz. A lo largo de la historia se han hecho famosas muchas mujeres debido a sus poderes, reales o fingidos, a las que acudía el pueblo en busca de curas para sus males... pero a las que se les pagaba con desprecio, ganándose un puesto entre los malos más tópicos de nuestra cultura popular. Según se va conociendo más sobre ellas ocurre algo a lo que llamo "El efecto Frankenstein": ¿Quiénes son realmente los monstruos?
Para ser justos, habría que hacer entre brujas y hechiceras. Algunos autores relacionan a las brujas con los ambientes rurales, mientras que a las hechiceras con las ciudades. A las primeras fue a las que se persiguió en la caza de brujas. Otros autores las diferencian por cómo han adquirido su poder: las brujas hacen un pacto con Satanás, las hechiceras simplemente se valen del poder oculto y demoníaco para sus hechizos. Si os fijáis, en la mayoría de idiomas existe esta dualidad de términos.
En la Edad Media empezó poco a poco la persecución de las brujas, empezando por cuantiosas multas y condenas de prisión. Pronto hizo acto de presencia la inquisición, y el resto es historia.
Parece ser que con las acusaciones de brujería pasó como en el caso de os vampiros: se hacía para que la mujer perdiese prestigio, y para tener algún motivo legítimo para poder quitarle sus posesiones.
Ejemplos de mujeres acusadas de brujería para quitarlas del medio fueron Juana de Arco, que tenía visiones místicas, y Ana Bolena, de la que el marido,
Enrique VIII, se deshizo alegando a que tenía un sexto dedo y un tercer pecho.
Dentro de las brujas británicas destaca una mujer conocida como Madre Shipton, Ursula Southeil, que vivió en el s.XV y a la que se le atribuyen profecías sobre el fin del mundo, la llegada de los coches, etc., muchas de ellas demostradas falsas. Su nombre y su leyenda, aún así, se siguió utilizando, convirtiéndola en un mito hoy en día.
Si seguís la serie American Horror Story seguro que os sonará el nombre de Marie Laveau. Ella y su hija, llamada igual, vivieron en Nueva Orleans en el s.XIX, y practicaban de forma abierta el vudú. Se dice que sobre todo la hija era más teatral en sus prácticas, y permitía tener observadores. Su familia aún hoy practica dicha disciplina.
Por último, en Galicia (Cangas exactamente) tenemos el caso de María Soliño, acusada en el s.XVII por la inquisición de brujería. Su marido y su hermano murieron en un ataque de piratas turcos al pueblo, y ella heredó todas las posesiones de su marido, que incluían una casa grande, tierras y derechos de presentación, esto es, poderes en manos, normalmente, de los sucesores del fundador de una iglesia, con los que se podía elegir a su titular cuando quedara vacante teniendo además un porcentaje de las ganancias que la parroquia generase.
Tras la muerte de su marido y de su hermano, María solía pasear por la noche por la playa. Este hecho fue suficiente para poder acusarla como bruja. Ya en la cárcel se la acusó de entregar su alma al diablo y de poseer sus poderes, y ella, tras las torturas, confesó llevar practicando la brujería durante más de 20 años, afirmando también haber mantenido relaciones sexuales con Satanás.
Mucho se ha escrito sobre ella, es quizás la "bruja" más conocida de Galicia... al menos de las Rías Baixas.
Celso Emilio Ferreiro le dedicó un poema:
María Soliña
Polos camiños de Cangas a voz do vento xemía:
ai, que soliña quedache, María Soliña.
Nos areales de Cangas, Muros de noite se erguían:
Ai, que soliña quedache, María Soliña.
As ondas do mar de Cangas acedos ecos traguían:
ai, que soliña quedache, María Soliña.
As gaivotas sobre Cangas soños de medo tecían:
ai, que soliña quedache, María Soliña.
Baixo os tellados de Cangas anda un terror de agua fría:
ai, que soliña quedache, María Soliña.