miércoles, 13 de julio de 2016

¿Qué estuve haciendo estos últimos meses?

6 meses sin escribir. Nuevo récord. Pero eso no significa que estuviese vegetando por algún sitio sin hacer más... O bueno, más o menos eso es a lo que me he dedicado, por desgracia. Problemas de estudiar en un sitio a donde llegas antes en carro que en tren/bus (exagero, pero no demasiado. Menuda mierda de comunicaciones).
El tema es, aparte de quedarme semicalva del estrés, en mis ratos libres hice más o menos lo de siempre:

Videojuegos:
El juego al que dediqué más tiempo este año es Don't Starve, del que sorprendentemente no he hablado aún. Es un juego de supervivencia muy agradable de ver, en tonos sepia y con una música muy cuidada... y más allá de eso, es absurdamente complicado de jugar, sobre todo porque aparece un mago y te suelta ahí y te dice "¡eh, que ya es de noche!" (por cierto, ¿es un mago? no lo acabo de tener claro, pero siempre me referí a él como el mago). En este juego tienes que intentar eso, sobrevivir todo lo que puedas, en un entorno donde te puede matar fácilmente así, a grandes rasgos, todo. Otro punto simpático es que todo lo que te encuentres te puede servir de algo... Como los restos de barba después de afeitarte. Los personajes son bastante simpáticos, también. El conjunto del juego me huele a una ambientación centrada en finales del siglo XI y principios del XX, sobre todo por los perfiles de los personajes, lo sobrenatural, la aventura, la exploración... Pero ya hablaré de forma distendida de este juego, que ahora que pienso en él veo que tiene bastante donde rascar.

Series:
Las navidades pasadas me suscribí a Netflix, así que ya os podéis hacer una idea. Sobre Netflix decir que, aunque es una de las mejores opciones para el visionado de series y películas, y que no le voy a pedir que tenga todas las novedades ni que se salga de lo más comercial, tiene un problema enorme: navegar por su catálogo es una tortura. ¿Conocéis los 18 niveles de escarmiento del infierno chino? Pues desde que existe Netflix hay 19. En serio, apenas hay categorías, no puedes navegar libremente por etiquetas (¡con lo fácil que sería para descubrir cosas nuevas en calma!), puedes ver el perfil de algunos actores o directores, pero no encuentras en ningún sitio una lista de ellos... no se, creo que habría que pulirlo un poco, que eso de buscar por medio de prueba-error me parece lo menos amigable que existe.
Dentro de las series que estuve viendo, las que más me gustaron fueron The Magicians, Mr Norrell and Jonathan Strange, y Lucifer. Todas ellas, cómo no, sacadas de una obra anterior. ¿Es cosa mía o cada vez se arriesga menos en el apartado audiovisual?
Sobre las series:
The Magicians es como pervertir a Harry Potter y sus amigos y mandarlos a paseo por Narnia. No es una gran obra, pero sí que entretiene y engancha hasta el final. Me ha gustado sobre todo el punto de los brujos "renegados", si habéis visto la serie ya sabréis a qué me refiero. Hay mucho sexo, drogas y alcohol, muerte... y una censura muy simpática: no hacen más que decir fuck para todo, pero lo tienes que sobreentender, porque ellos dicen algo así como fff.
Sobre Mr Norrel etc., aunque trata también de magos, el tono es completamente distinto. Parece el típico drama histórico inglés con toques sobrenaturales. Lo mejor de la serie sin duda es eso: aleja la fantasía de la típica consideración de algo ligero e infantil. Series como esta demuestran que se pueden hacer buenas obras "a pesar de la fantasía", como dirían algunos. El libro de la serie ha entrado por méritos propios en mi lista de futuras adquisiciones.
Por último, Lucifer, basado en los cómics basados en el célebre (que no célibe) personaje de Neil Gaiman. Y sí, quería presentarlo así. He de reconocer que los cómics no los he leído, pero me tienen pintaza... algún día. Respecto a la serie, es la típica serie de policías en plan Castle (no se si existen precedentes de series de poli + ciudadano random, no estoy puesta en ficción policiaca) donde hay una pareja de protagonistas y todo apesta a chistes con dobles sentidos y tensión sexual. Quitando eso, es una serie muy entretenida de ver, y el personaje de Lucifer es adorable... Y bueno, quizás adorable no es la palabra, porque menudo morbazo de voz tiene el actor que lo interpreta, Tom Ellis (mirad, mirad...). Mirarla doblada es un pecado.

Aún así no todas las series que he mirado me han gustado, hubo también tres fracasos: El Ministerio del Tiempo, Hemlock Grove, Grimm, y la segunda temporada de Broadchurch. Hablaría sobre ellas, pero no se si me sentará bien tanta bilis... Bueno, a ver, la mayoría no son tan horribles, pero si que me hicieron pensar que mi tiempo valía más que para malgastarlo viéndolas.

Películas:
Nada reseñable.

Incursiones al exterior:
De vez en cuando, cuando se alinean los astros, ocurre un evento de tal importancia que me hace decidir aventurarme fuera de la puerta de casa. En lo que va de año hubo dos reseñables:
Boom Film and Comic: típica convención de cultura pop a la americana, con puestos para comprar pero también charlas de autores, artesanos o, en general, cualquier persona con algo interesante que contar. Vi a los actores de doblaje de Dragon Ball en gallego, asistí a varios debates interesantes (sobre la situación del terror en España, y sobre si existe una escena de comic en Galicia), aprendí un huevo sobre la joyería de ESDLA y su vinculación con otras piezas de museo históricas... Y descubrí un sitio bueno bonito y barato para desayunar. El mayor pero fue que no eligieron bien el sitio, y hubo unas cuantas charlas a las que no pude asistir por el dolor de cabeza que me levantaba el sonido del exterior (la acústica era tan mala que se amplificaba el ruido de toda la gente que estaba fuera en los puestos), o porque se escuchaba lo de la otra sala.  Tampoco me gustó lo mal programadas que estaban las actividades, juntando en una misma hora todas las que tenían un tema en común, obligándome a elegir a cual ir... Pero bueno, están empezando, y esos errores son bastante comunes. No me arrepiento de haber comprado la entrada, y estoy deseando volver el año que viene a la tercera edición.

Mi segunda aventura por el mundo adelante fue la semana pasada, entre el jueves y el sábado, en Viveiro. Fui al Resurrection Fest... o bueno, más bien fui a ver a Iron Maiden y me quedé al Resurrection Fest, las cosas como son. Me encantó el ambiente, se me pusieron los dientes largos con mil cosas en los puestos, y disfruté de la música como hacía tiempo que no lo hacía: con sombrero de vaquero. No, ahora en serio, aparte del sombrero, llevaba tiempo sin ir a festivales, y realmente se echa de menos el tumbarte por algún sitio con los amigos y con música de fondo.

Lecturas:
Aparte de la CDU, que me leí en todos los sentidos posibles, apenas tuve tiempo ni ganas de coger un libro, y mucho menos de meterme de lleno en una historia que me podría quitar tiempo de más. La solución para esto en mi caso es leer antologías y libros de relatos cortos en general, puedo tumbarme a leer una historia sin miedo de que se me eche el tiempo encima. De los que he leído destaco Cacahuete, de Darío Vilas, libro que descubrí en Boom, y La noche que Frankenstein leyó el Quijote de Santiago Posteguillo. Ambos los reseñaré con más detalle.
Aparte de eso estos últimos días me he enfrascado en varios libros sobre el cuidado y educación de los perros, y sobre poder cocinarles una dieta...


Os presento a Ada, un día de estos os contaré su historia.

jueves, 23 de junio de 2016

Ritual

Clic.
Me gusta la noche de San Juan. El olor a madera quemada en el aire, el salitre... Las pequeñas hogueras brillando en la noche como estrellas caídas... Sí, realmente me gusta la noche de San Juan. Quizás lo que menos me gusta es ese grupo de idiotas bebiendo, contaminando, gritando y destrozando la magia de la noche con su absurda música. Por eso, a pesar de que adoro esta noche, nunca la he podido disfrutar más allá de en el campo, sin compañía humana... pero muy acompañada.
Me gusta la noche de San Juan porque es mucho más fácil que otras noches establecer contacto con otros seres y otras vidas, vidas millones de veces más interesantes que estas orgullosas (y pestilentes) personas, grupo donde por desgracia me incluyo. 
Este año, por fin, voy a poder disfrutar de San Juan. He encontrado la solución a todas mis discrepancias, y realmente me emociona asistir. 
Todo empezó hace unas semanas, cuando mis amigos de siempre me preguntaron, más por costumbre que esperando una respuesta afirmativa, si iba a acompañarlos a la playa en San Juan. "¡Hay alcohol!" me dijeron ellos. "¡Hay hombres sin camiseta!" me dijeron ellas. Da igual el tiempo que haya pasado desde nuestro despertar en la pubertad: ellos siguen respondiendo a los instintos más primitivos. Realmente, estas personas me recuerdan demasiado a esos documentales de bonobos, donde no hacen más que follar entre ellos sin importar nada más. Luego los libros quieren que me crea que el ser humano es racional... ¡JÁ!
Al lío, que me lío; como decía mi abuela. El tema es que este año dije que sí a la invitación. Y volví a decir que sí cuando me dijeron que no entendieron mi respuesta. No puedo contar mucho más de esa tarde debido a la sordera que me provocaron con sus gritos celebrando mi respuesta. Aunque he de reconocer una cosa... me sorprendió ver que tengo en común con ellos más de lo que me imaginaba. Ellos se pasaron las siguientes semanas planeando la que sería "la noche más épica de nuestras vidas". Yo por otro lado también hice mis pequeños planes, considerando esta fecha, al igual que ellos, un punto de inflexión en mi vida.
He pasado estas últimas semanas estudiando unos libros que encontré hace un tiempo en una librería de segunda mano. No se quién los donó, pero realmente me gustaría conocerlo y estrecharle la mano. No me fío de cualquier cosa que encuentro en Internet, pero estos libros son bastante conocidos para quienes nos molestamos en saber algo de lo que nos rodea. Hay uno de historia, y otro de "contacto", ya me entendéis. Lo mejor es que en esos libros encontré la solución a esta vergonzosa vida normal. Gracias a ellos ascenderé un escalón en la pirámide del conocimiento, podré constatar todo aquello que hasta ahora tan solo intuí. Hay que tener cuidado, ambos libros avisan del poder que se puede desencadenar si se utilizan alegremente, por lo que he decidido tomar medidas de seguridad. He contactado con ÉL, y ha aceptado mi trato. 
Tengo tantas, tantísimas ganas de que llegue esta noche...
Clic.

Esa noche, cuando la fiesta estaba en su punto álgido, un viento frío bajó la temperatura de la playa de golpe. Pero apenas nadie se dio cuenta, gracias al calor del alcohol. A pesar de ello, el mal presentimiento fue casi general. Algunos se retiraron, pero la mayoría se quedaron. Ella se emocionó: ya era la hora. Se levantó, sabía qué tenía que hacer. Escuchaba una suave música dentro de su cabeza, solo tenía que seguir el ritmo. Antes de que se diese cuenta la letra de la canción salió de su boca. Estaba en un idioma muy antiguo, casi olvidado, pero ella lo podía entender sin haberlo estudiado nunca.
Sus amigos reían y la grababan con el móvil, creyendo que por fin se había soltado un poco, y que ese ron disimulado en el refresco había hecho su efecto.
Ella ya había escuchado esa canción otras veces. Lleva semanas escuchándola sin parar en sus sueños. Aunque al dormir entendía el poema que narraba, la historia se iba de su cabeza en esos confusos segundos al despertar, dejándole una sensación de vacío y una melodía melancólica. Ahora por fin podía entenderla. Hablaba de soledad y de reencuentro, de la vida y de quien no puede morir. Era, sin duda, lo más triste que escuchó nunca. Y lloró, pero no dejó de cantar ni de bailar. Ahora realmente lo quería, ansiaba sobre todas las cosas reunirse con ÉL.
Mientas ella bailaba, una gran ola se acercaba a la playa, desplazándose de forma anormalmente lenta. Aunque algunos se dieron cuenta, sintieron curiosidad antes que miedo.
La ola llegó a la costa, explotando en espuma blanca que viajaba pausadamente a la orilla, dibujando bellas formas en el mar. La gente que hasta hace un momento estaba saltando las hogueras, ahora miraba el mar, y escuchaba la canción que ella cantada, acompañada por el romper de las olas. El agua fue inundando poco a poco la playa, arrastrando consigo a todos los que se encontraban en ella. Al final sólo quedó una persona.
ÉL la miró a los ojos, que no habían parado de llorar. Extendió un enorme brazo lleno de algas, lapas y caramujos hacia ella y la sujetó con dulzura. El mar se abrió para acogerlos, rey y reina, en el palacio de coral y plata iluminado por medusas. Allí les esperaba el gran festín de bodas, aquel que ella ofreció como dote.

El 24 de junio, al amanecer, un cassette llegó a la orilla...

Quitando las telarañas

Hola :) ¿Os acordáis de mí?

Llevo así como seis meses sin publicar aquí... Que no sin escribir, ¿eh?. Tengo la sección de borradores llena de entradas que no me acaban de convencer. Igual en cuanto esté algo más libre las reviso, porque las ideas no son malas...
Pero hoy sí, hoy tengo que publicar. Llevo desde que comencé con este blog respetando más o menos una cita: la de publicar un relato por San Juan. Es tan sagrada como la de Halloweeen :D
Así que esta entrada es un simple aviso: en cuanto enciendan las hogueras publicaré mi relato de San Juan y, con ello inauguro una nueva temporada de actividad en el blog. ¿Hasta cuando? Intentaré que por mucho tiempo.
Mientras, os dejo aquí los enlaces de mis publicaciones de otros años:

2014: No hay... Shame on me!